jueves, 28 de agosto de 2014

Aullidos #3

Hay aullidos
que rebañan el dolor para 
escupirlo con cordura.

Es la nieve quien nos propone lo imposible y nuestra sangre la calienta vertiendo en ella la disciplina de un niño que desea con sus saltos al vacío.

Así se resquebrajan la inmovilidad y la muerte

viernes, 15 de agosto de 2014

peso y fricción

Me calzo el cuerpo al pisar la realidad. Como un traje apretado que impide el movimiento.
Al bajar las escaleras la piel rabia de soledad, como inútil, desaprovechada,
y aún sin sacudirse las sobras, todas esas sombras, la idea de,
corre a tocarla.
Pero siempre quiere volver a casa, colgarse en el armario
cansada de derrotas.

Dicen que así
se anquilosa la verdad
que hay que juntar cada sombra a su cosa porque el espejismo devora la carne viva.

Mis golpes de tiempo con tus segundos seguidos
son sexo sólido,
somos rato y pelo caliente
fogonazos que deshilachan el hilo rojo que trenzo a las cuatro paredes de mi habitación
Siempre cerrada, siempre a oscuras, siempre a tientas
en mi insignificancia de perchas sin abrigo
con un niño clavado en el sol.
que vino a decirnos anoche
que hizo gritar al silencio tumbado en la cama

En las habitaciones cerradas, mejor que no haya nadie.



El uno en el otro, bien separados
con el pulso acelerado, 
con todo el tiempo del mundo

martes, 12 de agosto de 2014

Si se abarrota la soledad

Dutchman Redmer Hoekstra


Alguien ha entrado. Se ha incrustado en mi intimidad. 
Alguien manosea mi eco sensitivo, los pies de mis pensamientos, ese vaciarse sin peligro, sin ser visto...

algo me dice
algo quebranta
algo salpica
algo que tumba

algo camaleónico,
rosa, 
algo que choca, que chasca, que atranca la puerta, 
algo que apunta hacia dentro
que parte.
  Como los sueños, que con su aliento, todo lo hielan.
¿qué sueño necesita ciclo orgánico, la vitalidad para eternizarse?... 
Cristalizan el deseo, como piedras. Son 
taxidermistas de órganos...

Hoy llaman insistentes las puertas que se cierran dando golpes.
Es el tañir interminable
 las troqueladoras que mellan y muerden.
Para inyectar
la esperanza que teje demente
debajo de la piel, porque así, permanece invisible

Lo que le dijo un cuerpo a otro cuerpo,
a la foto vacía, a la ausencia de dimensiones, a la perspectiva aplastada, al sabor del jardín, a las ranas hambrientas...
conjugando

¿Quién había construido los raíles, la parada en paraíso?


Yo dije que para siempre; tal vez por eso, te tengas que quedar...
y repartir la soledad a partes iguales
intercambiando las mitades
que se acompañan mutuamente
sin dejar de respirar



Y ahora ¿quién más juzga?, quién más cabe? quién impone fuerzas volitivas?, quién más tira de las cuerdas?
No querrás hablar de fantasías y deseos cuando el sexo nos tiene locos de orgasmos. No necesitamos más palabras que entretengan al futuro, ni poner otro punto, porque siempre, vuelven al principio.
Por aglutinar el cuerpo entre renglones
por acumular emociones sin propietario
por salir corriendo sin disparo

las obsesiones, los demonios, las neurosis, buscan su lógica, porque es ahí, sobre la mesa, diseccionadas, donde dejan de doler.
Somos pedazos de carne y todo le duele a la materia,
todo le asalta, todo chorrea, todo tapona, todo acciona palancas, todo prende por dentro.
La sustancia y su dote,
el desentendimiento de la materia con el espacio-tiempo que habita

las dimensiones
Contra, a través,

el espacio
el tiempo

¿y si no fuera un peaje sino que se vengan, envidiositos de la vida?, ¿sino que se crean discordias, desentendimientos, por no llevar los relojes a tiempo, por trazar otra línea, redimensionando, porque se crea la vida, marcando otro cero?


Es con los demonios con quien más tiempo se pasa

Si se abarrota la soledad todos ellos quedan pendientes del pago, no renuncian



y es a ellos a quien salgo a buscar


domingo, 10 de agosto de 2014

Si se abarrota la soledad

















Yo dije que para siempre. Tal vez por eso, te tengas que quedar...
y repartir la soledad a partes iguales
intercambiando las mitades
que se acompañan mutuamente
sin dejar de respirar

miércoles, 6 de agosto de 2014

Para qué preguntarlo, si al atarlo, devolvemos al abismo su absurdo prematuro, la virginidad de los principios


Un código que dibuje sobre nuestros vértigos una boca escarpada, un orificio para respirar.
Para que pase por el silencio de las puertas pequeñas
Para que brame lo imperceptible
Para que escuche lo que sordo,
siempre calla

en mi pequeño paraíso.

viernes, 1 de agosto de 2014

andenes a media noche

La compañía deja la piel de cada segundo esperando en andenes a media noche, preguntándose por la hora, acordando las salidas y llegadas de las sombras bien tumbadas contra la resistencia del viento, contra el aburrimiento mal entendido.

¿Quién convive con los que se consumen en un punto, con los que exploran lo pequeño, con los que piden un paraíso quieto y silencioso?


La soledad se acompaña de horas-burbuja, de infranqueables estruendos, de la invisibilidad, del desliz poco precavido rompiendo la cáscara que teje la proteína que cubre, completo, el silencio al aparecer.

Cuenta el tiempo despacio, como amasando carne blanda que parimos en un cólico; como vaciando las horas de su densidad habitual, como extendiendo la realidad haciendo con Heráclito una masa fina que permanece tostada cubriendo la carne carbonizada, azabache..
Y abusa, permanece

Donde cada uno pintó su raya para separar el cielo y la arena. Allí, entre la cal y su playa. En la intersección donde raya la hipérbole los cruces sin trazar
Encerrados en el huevo, en el centro de la maraña, entre las hileras de cañas que tapan el río
de los que gritan hacia dentro.