viernes, 4 de agosto de 2017

Antes (durante) y después de la nada

¿Qué parte del día importa? ¿Importa alguna parte?
En ese hueco de tiempo que paso a tu lado tal vez no exista, o no tenga importancia

Sabes de lo que te hablo cuando digo que todo está lleno de patas y morros
y cada reloj nos viene enterrando en su arena

no quedaba espacio para nuestros ojos pegados, no vomitamos las garras,
no hay maullidos que nos abran el pecho, que nos golpeen o trituren

tanto sueño clavado en el cuerpo que al contacto con la realidad nos derrumba,
zombies de una noche aún tierna y herida, despierta sobre sus horas arrancadas bajo algún deseo inconsciente

mi piel espera en tu borde, pero tú no miras
el silencio endurece y cristaliza sobre mi boca abierta,
falta que tu cuerpo se sepa mi nombre
falta una noche escondida en la almohada

Tengo frío a veces dentro de tus ojos azules
donde parezco ser una forma absoluta sin relevancia, igual a cualquier otra
donde el instante se convierte en roca caliza
y no aparece el camino que choca en la playa de los minutos que miramos juntos

y busco la lengua posible, y espero en el vacío que nos ha rodeado
mientras olvido que nos conocíamos en la esquina siguiente y alguien tuvo en las manos todos éstos kilómetros encabezando el poniente

se ha teñido el muro con el color de mis ojos
éste lado, frío siempre,

y se ha resuelto el deseo
siempre atado a una vela quieta
y se ha probado la forma de un día relatado
entre tantos besos afilados
esquivando el tacto de la vida que me busca sinuosa

Tú no, como nadie, como siempre
tú de nuevo, distinto,

yo ya estuve en mi juicio
yo te elegí entre viejos calendarios y noches estrelladas
yo me equivoqué cuando volvimos,
cuando rompí mis normas para que las tuyas lo inundaran todo
cuando rompí mi curso
para que no cayésemos



domingo, 2 de abril de 2017

-Elige, todo o nada.
-Nada entonces; porque nada es un verbo y todo, es imposible.

jueves, 26 de enero de 2017

Ese minuto quieto que nos mira, y no pregunta.

No hay un lugar donde ir a buscarte
ni un tiempo que caiga inconsciente dentro del ojo

no hay un hilo que nos cosa seguro
ni nos apretamos las manos solidificando el instante

no hay fuera un camino que busquemos nuevo y juntos
ni nadie habló de quererse lejos del hueco o el sueño caliente

no hay una historia que nos vaya contando
ni una meta amarrada a una cala pequeña
ni el invento de otros
ni el intruso o lo extraño.


Tiene un sabor a realidad y carne
una mirada limpia pero misteriosa

tenemos un espacio en blanco donde sembrar besos y ojos,
tenemos mi cama, con los brazos abiertos

tenemos lo oscuro donde poner la boca, y una cortina de humo verde boscosa,
tenemos donde perdernos, tenemos silencio sin espinas, tenemos perdida la prosa,

tenemos las rimas y las manos templando debajo
el abrazo que ha pasado quedando en las esquinas de una vida
el tiempo cogido como un ramo o un manojo
todos los versos cambiando las letras

el recuerdo que endurece en el olvido
el pasillo que nos reduce a un laberinto profundo como las ideas,
clavado como una manzana,
los relojes que nos sepultan bajo la nieve mientras las semillas duermen su primavera incierta
los golpes que encuentran nuestros cuerpos enganchados

las puertas que abrimos
los puentes, los besos que llaman

y el miedo de un salto
que no mide

y la voz de lo que sabemos
es bueno

y el cristal que separa y refleja
y nuestro sueño trenzado por días enteros,

y las noches que nos guardamos
atesorando, creciendo, pariendo, brotando, diciendo, callando, pendiendo, apretando,

comiendo cualquier cosa entre beso y beso,
entre los segundos de ese minuto quieto,
posado sobre el estante
que nos mira
y no pregunta.

viernes, 20 de enero de 2017

vivo en una noche permanente sintiendo la vida como un sueño quieto

la vida puede ser cualquier cosa

y por eso me columpio en una hora indefinida

lunes, 9 de enero de 2017

Te poemo, para huir del paso

del deseo que no resuelves
del billete de vuelta

de la cruda desidia que muerdo,
que araña,
que mastico purgada de culpas y tiempo.

Huyo del gato muerto,
del consuelo de muchos,
del grito que ladra a lo lejos pisado y hundido.

Huyo espantada, huyo entre rejas,
huyo acusada de colores que enlutan.

Huyo tirada en la yerba
huyo del frío, huyo cobarde

y te poemo

para librarme del miedo y la pena
del rastro de sangre mezclado con tierra madura.